viernes, 21 de marzo de 2008

Entre disculpa y perdón.-

Cuando se comete un error, lo mas “diplomático” es ofrecer disculpas… Sin embargo, lo verdadero, lo humano, es pedir perdón. Mas allá de que se lo obtenga o no…

Esto lo traemos a colación por dos razones, la primera es la disculpa del ministro de deportes a nuestro campeón Jefferson Pérez. Las palabras del ministro, autotitulado “…dueño del circo…” tienen poca credibilidad, pues la disculpa es extemporánea y no debe ser un mero ofrecimiento de disculpas, sino un pedido de perdón. Al injuriar a Pérez, el ministro Carrión ha mancillado al país pundonoroso, luchador y esforzado al que él no representa y Jeff sí…

“...Nadie como yo respeta y valora el grado de excelencia de Jefferson Pérez...”, es la frase central de la disculpa ministerial. ¿Nadie como él? Si en verdad lo hiciera, se habría mordido la lengua antes de decir lo que dijo, pues “palabra suelta no tiene vuelta”

La segunda, la más importante razón por la cual tocamos el tema, es por la Semana Mayor: ocasión para reconciliarnos con Jesús, muerto por nosotros en la Cruz. ¿Qué mayor ejemplo que el del Carpintero de Galilea sobre el perdón? Siendo Dios sufrió humanamente torturas indecibles y mientras las sufría, perdonaba incondicionalmente a quienes se las estaban ocasionando.

Ese tipo de perdón, en el que se revelan las naturalezas humana y Divina, es aquel que debemos practicar todos los días. Ese perdón nos allana el camino a la santidad, misma a la que todos los seres humanos estamos llamados como fin supremo de nuestra existencia.

Perdonar sin esperar que el otro lo haga, es el acto de amor que nos sugiere la experiencia Cristiana. El amor que sugiere la experiencia es ese abandono incondicional, sin que se tenga esperanza del “vuelto sentimental”, de cómo se nos tome, de cómo reaccione el otro ante nuestra declaración sincera.

Démonos una oportunidad de perdonar aquellas cosas que afectan nuestras propias vidas. Mirémonos en un espejo de cuerpo entero: que la imagen reflejada revele, sin miedo, las cadenas que no nos permiten ser libres. Seguramente descubriremos, con profundo dolor, que son cosas tan pequeñas y que tienen mucho que ver con el egoísmo, la soberbia y el orgullo, tan propios de nuestras flaquezas humanas…

Si Cristo perdonó, tengamos confianza en su perdón creyendo sin temores en Él. Démonos a nosotros mismos el perdón que clama nuestro espíritu para que, en la Pascua sintamos la liberación que Jesús trajo en su mensaje y en su invitación perenne a vivir su palabra. De esa forma podremos amar sin límites, sin miedos.

¡Feliz Pascua Florida!

miércoles, 19 de marzo de 2008

Solo se que nada se.-

Para decir o actuar en la vida, los seres humanos debemos, previamente, contar con unos conocimientos que permitan sustentar nuestros actos o afirmaciones, de lo contrario, el papelón, o incluso algo más, está garantizado…

En nuestros días, a la velocidad a la que suceden las cosas, la cantidad de disparates por minuto que se llegan a escuchar es asombrosa… Y es que las tonterías están por doquier. Empezando por el mal manejo del idioma, por ejemplo he escuchado en los últimos tiempos unos neologismos tan llamativos como: “equipotencia” o “plurisexualidad”, los mismos que dan indicios de lo que quieren decir, pero que no se encuentra su significado, académicamente tratado, en ninguna parte.

El sano afán por innovar debe detenerse en donde el sentido común y las ciencias formales establecen sus límites. El reconocer las limitaciones propias de cada persona no es motivo de que ellas se mermen, por el contrario, reconocer las limitaciones propias de cada uno de nosotros es un acto de honestidad que ennoblece a quien lo hace.

¿Han visto ustedes un debate completo de la Asamblea Constituyente?
Con pocas excepciones de asambleístas que marcan la diferencia, es una feria de ignorancia jurídica que, como las demás ferias de mal gusto, se televisa a la nación entera. Lo malo de este “show” es que hace falta el payaso Frejolito…

El Presidente de la República debe ser el más decepcionado. Él afirmó que en ese foro estarían “…los mejores hombres y mujeres del país…”, seguramente el señor Presidente se refería a los militantes de Alianza País. Pero el promedio del bloque de gobierno no está preparado para rendir a la altura de la tarea constitucional y el doctor Correa seguramente lo sabe.

Contados son los asambleístas que en sus intervenciones razonan argumentos sobre la marcha... claro, eso se hace cuando se sabe de qué se habla. La enorme mayoría lee escritos hechos, suponemos que por sus asesores. En muchas ocasiones estos “enlatados” no responden a la orientación del debate y son tremendamente reiterativos en asuntos que más tienen que ver con la ideología política y orientación filosófica de quien los lee (o de quien los preparó), que con el norte jurídico que debe tener la discusión de la norma fundamental.

Es digno de encomio el empeño por cambiar la nación. Sin embargo, ya que vivimos en un mundo que acepta al derecho como la manera de regular su convivir social, este anhelado cambio debe darse respetando formas. La caotización del convivir ciudadano está garantizada a partir de tener una norma fundamental escrita con el corazón y no con la cabeza.

La Constitución debe prever el desarrollo coherente de una legislación secundaria que la refuerce. Para alcanzar lo anotado la carta magna debe marcar pautas para la misma, no imantarle la brújula, no solamente a la legislación que debe venir detrás de ella, sino a la vida misma del Estado.

“De lo que nada se callar prefiero”, era una de las frases que el insigne maestro universitario Hernán Coello García, solía repetir citando a Creonte (rey de Tebas en tres ocasiones), para afirmar que, es mejor quedarse callado antes que lanzarse un disparate. Los señores asambleístas deberían reflexionar sobre ello.

domingo, 9 de marzo de 2008

Querida “Locombia”:

Te hago saber que has herido mi dignidad mas íntima al pisotear el suelo de mi Nación. También te cuento que me conduelo por tu, acaso, interminable locura derivada de la violencia omnipresente en tu suelo desde hace medio siglo. Te cuento que en mi Nación no pasa eso, porque creemos en la paz, firmemente.

No entiendo tu guerra interna y bien sabes que tampoco la deseo, porque como toda guerra no es mas que un síntoma de profunda estupidez. Luego, ¿por qué quieres endosármela?, cuando ni siquiera eres capaz de entenderte a ti misma.

Lloro humana y cristianamente tus muertos, los de los dos lados; son seres humanos que no merecieron jamás ese destino y mucho menos ese fin. ¿Fuiste acaso capaz de brindarles algo distinto?, o la opción de la violencia interna ¿era parte del plan de vida que trazaste para tus hijos?

Quisiera creer que, al igual que mi Nación, tienes una vocación inquebrantable para alcanzar la felicidad a través de la paz; sin embargo el testimonio de tus constantes acciones no me dejan mucho margen para pensar así.

En tu casa, tus hijos tienen profundo hastío por todo lo que ocurre y lo que están expuestos todos los días, ¿acaso no te has dado cuenta? No quieren más secuestros ni extorsión. No quieren mas desaparecidos. No quieren más narcotráfico. No quieren mas delincuencia común… ¡Mi Nación tampoco! No nos la exportes…

Nosotros tampoco queremos tener que seguir chantándonos los delincuentes que no puedes controlar; y, ¿sabes por qué no puedes hacerlo? Por el ciego empeño de seguir viviendo tu guerra loca. Luego, tus descontrolados prontuariados vienen a matar y a robar a nuestras hermanas y hermanos. Eso bien sabes que no es justo. ¿Por qué lo permites a sabiendas? ¿Acaso es más cómodo exportar el problema, antes que frenarlo?

Bien sabes que, abriendo humanamente nuestras puertas, convivimos y compartimos nuestra humilde riqueza y enorme amor, con hermanas y hermanos nacidos en tu tierra, quienes han encontrado acá lo que tú les vienes negando hace bastante tiempo: paz para progresar.

Una vez mas te invito a pensar con visión humana, querida Locombia. El daño que vienes causando y que lo sufren tus hijos los “locombianos” y mis hermanos ecuatorianos no se lo deseo a nadie, ni siquiera a ti que tan mal te portas con mi Nación.


martes, 4 de marzo de 2008

No todavía Jeff.-

Querido Jefferson:

Espero que no se moleste cuando lea esta carta. Por el contrario, pensaria que cumplí mi propósito si usted llega a sentir en esta misiva que sus líneas tienen únicamente buenos deseos y mucha, mucha admiración por Usted.

Quien se la escribe es una persona que le admira por su tenacidad, inteligencia y capacidad para alcanzar metas. Una persona que desea para usted, desde el fondo del corazón, lo mejor para su vida, como bien se lo ha ganado. Una persona que, desde 1988, ha derramado lagrimas de orgullo patrio gracias a Usted y se lo agradece en el alma.

Así como dice en las propagandas radiadas que llevan su voz: “…un día la meta fue...”, creo que el día para que la meta sea su participación exitosa, como es de desearle, en la política, no esta en el horizonte aun.

En el campo de la política se necesitan seres humanos íntegros como Usted, querido Jeff pero, no se queme todavía. No caiga en la trampa de “picarse” (y mucho menos en el momento actual) con una actividad a la que, desde la experiencia, la puedo definir como “Una porquería fascinante”

Es verdad que nuestro compromiso generacional es reivindicar lo fascinante que encierra la política, por su naturaleza de servicio a los demás; y, desterrar lo sucio de esa noble forma de darse a nuestros semejantes.

El salto que Usted anuncia, ahora mismo, queridísimo coterráneo, seria una “Rolandoverizacion” más que usted no merece. Usted es un hombre preparado, con alma, sustancia y fundamento. Por ello y Usted lo sabe, la paciencia es elemental para proyectarse correctamente en lo que se desea con ardor. Por mas contradictorio que esto suene.

Deje usted que decanten las turbulentas aguas de la coyuntura actual y ahí si ¡déle con todo!, como en Japón, como en Paris, como en Seúl, como en su vida entera...

Dese tiempo para, a partir de su inteligencia, estudiar calmadamente todo lo que sucede en la Nación. No se deje enganchar porque le hayan soltado la grosería de moda. Esa reacción es, justamente, la que esperaban sus eventuales detractores. Demuestre su “peluconeria” de alma, que la tiene y de sobra. Que quienes tienen el afán de quemarlo políticamente se queden con las narices largas porque Usted (con mayúsculas) al igual que Don Quijote les dirá “…vamos despacio, Sancho, que tenemos prisa…”

Reciba el testimonio de mis mejores deseos, ahora y siempre, sea cual sea su decisión.

sábado, 1 de marzo de 2008

Ahí están, esos son…

Sostengo que la educación es un asunto básico para el progreso y bienestar del pueblo. Así, he opinado en varias ocasiones que, por ejemplo, es necesario un proceso de alfabetización política, para que no nos sorprendan cíclicamente las novelerías que llevan a situaciones límite a nuestra Nación.

A propósito de lo dicho, cito textualmente un párrafo de una nota de prensa que pone en evidencia cuan descuidada esta la educación ecuatoriana: “El Ministro de Educación, Raúl Vallejo, señaló que los resultados que se han obtenido en las pruebas de razonamiento lógico y verbal a los docentes aspirantes a las 12.000 nuevas partidas no son alentadores, porque el promedio de calificación de estos exámenes es de 38/100 y apenas el 8% de 17.800 que rindieron esta prueba, es decir, 1.561, obtuvieron más de 60/100”

Así como es alentador que se haya emprendido un proceso de selección, es francamente decepcionante el resultado obtenido. Sin embargo, supongo y sin temor a equivocarme, que si al mismo universo de “docentes” se les pregunta como paralizar las actividades, patear bombas lacrimógenas, fabricar cócteles molotov, lanzar piedras, quemar llantas, generar caos, como adoctrinar en el extremismo a sus potenciales alumnos, las calificaciones habrían sido sobresalientes…

De esta siembra de odio les doy un ejemplo que trae un texto oficial para enseñar matemáticas en donde se dice mas o menos esto: Don Gabriel tiene 584 trabajadores en su fabrica “el explotador”, de los cuales son despedidos, sin motivo alguno 268; cuantos obreros quedan? Que se enseña de esta forma? Ideología y odio.

Esa, señoras y señores, es la realidad del promedio de la educación ecuatoriana… Un sistema rehén de la doctrina maoísta desde hace treinta años. Una fabrica de mediocres, un eficiente productor de odiadores, amargados y resentidos sociales. Esta innegable realidad esta evidenciada, entre otras cosas, en los exámenes a los que hace referencia el Ministro Vallejo.

A donde vamos así? A la construcción de un país destinado a su autoeliminación por el odio entre hermanos? Que pena verdad? Cuando deberíamos sembrar optimismo, solidaridad, amplitud de mente y alma para que, entre todos nosotros, los dueños de este bello terruño, empujemos al progreso y bienestar común. Superando egoísmos en los dos extremos de la realidad económica y social. Poniendo nuestro esfuerzo físico y nuestro corazón al servicio de lo que queremos para nuestros hijos: Un país bien instruido en el amor y orientado hacia la paz social ingrediente fundamental del progreso.

Luego la frase que escuchamos gritar destempladamente en la calle cuando hay protestas la hacemos nuestra contra estos “maestros” de la mediocridad la ideología y el odio: “Ahí están, esos son los que joden la nación…”