lunes, 30 de julio de 2007

Lamentable.-

Es lamentable como el Gobierno Nacional con absoluta falta de ética y estética pretenda engañar a la población proclamando que no hace campaña a favor de sus candidatos a la asamblea cuando aún no ha arrancado esa etapa del proceso electoral.

Acaso no es campaña que el señor Presidente pasee sus discursos injuriosos y arrogantes por la nación entera, haciendo gala de una demagogia inédita en la vida republicana; ofreciendo de todo, entregando irresponsablemente recursos que pronto harán falta, hasta llegar al absurdo tema de los tiburones… Luego de esta sintomatología de verdadero desenfreno, no sería raro que por ejemplo, a cambio de unos votos galapagueños se permita la caza “incidental” de tortugas y la cocción “incidental” del seco de pingüino…

Se anuncia que se volverá a echar mano de una canción cívica, lo cual es simplemente detestable, ya que no se debería hacer lo posible porque las cosas sublimes de la nación sean instrumento de propaganda política, mas allá de que se niegue lo contrario.

El Gobierno no tiene otro plan que no sea la pachanga descocada de una campaña sin fin, mientras tanto parecen pensar los altos ejecutivos gubernamentales que el país funciona por inercia… grave error. La nación, o la patria como tanto les gusta llamarla, funciona con una cabeza que dirija no que la llene de zozobra y dudas, esto último es perverso e irresponsable.

Hay mucha habilidad en el régimen, cabe reconocerlo, para dar golpes de efecto, pero habría que ver hasta cuando van a funcionar y hasta cuando van a haber temas para hacerlo. El país necesita paz para trabajar, honradez para administrar y justicia para progresar.

Ningún llamado a la afabilidad surte efecto en el primer empleado público de la nación, solo motiva reacciones vehementes y más improperios contra quien le pide que sea una persona común y normal como proclama serlo. Sería torpe enumerar contra quienes se ha lanzado, pues ya no queda títere con cabeza.

Por primera vez en muchos años la fuerza pública está quietecita e incluso haciendo proclamas públicas de apoyo al programa político del Presidente. ¿Será por los contratos de emergencia? Para halagarles aún más Correa habla del voto para los uniformados, así la campaña será perenne y el partido más poderoso será la fuerza pública gracias al “sutil” poder de convicción de las armas pagadas por todos.

¿Hasta dónde se puede prostituir el ejercicio de la política para favorecer un proyecto de Gobierno, cualquiera sea este? Parece que hasta límites insospechados… ¡y no lo hacen los partidos políticos sino el Gobierno antipartidista - anti establishment - anti todo!

¡Alto señor Presidente!, que usted se le eligió para gobernar y no para hacer del Ecuador un dudoso tubo de ensayos explosivos; a usted se le eligió con mucha esperanza, por favor no se farree eso también.

martes, 17 de julio de 2007

Brújula.-

La problematización de la que es víctima la sociedad ecuatoriana no tiene parangón. Hay problemas en todas partes, unos coyunturales, otros accidentales, pero la mayoría provocados…

Efectivamente es así: la mayoría de problemas que aquejan al Ecuador en estos días son provocados, además intencionalmente. Quién podría pensar que la agitación también es una estrategia… Pues lo es y rinde frutos, al menos lo hace para personajes públicos cuya misión es cohesionar a la sociedad, no dividirla, de enrumbarla al progreso, no de caotizarla.

La parte más grave de los desatinos en la conducción del Estado radican en la sostenida e irresponsable orientación hacia la desestabilización económica, incurriendo en un nivel de gasto público que a la vuelta de no mucho tiempo resultará insostenible en una economía dolarizada, lo que exige disciplina, inteligencia y austeridad.

El país ya pagó el brutal precio de la dolarización para, a partir de 2001 tener un crecimiento que se ubica en niveles aceptables y sobre todo tener una mejoría notable en el poder adquisitivo del promedio de los habitantes de la nación. Actualmente las acciones desde la conducción del Estado presentan síntomas inequívocos de que se tiene la firme intención de que el sistema monetario fracase, más allá de las declaraciones en contrario de quienes manejan la economía. Sin embargo la intención de fondo es de fácil lectura.

Direccionar, con variadas formas, cuantiosos recursos a gasto corriente y no a inversión, politizar los organismos técnicos rectores de la economía, entre otras medidas, no tienen otra respuesta: el régimen marcha a desdolarizar el país… ¿Luego qué? Tal vez tocar fondo y encontrar en la “moneda propia” la panacea y carta blanca para las emisiones inorgánicas y la pauperización irresponsable del pueblo…

Los asuntos que intencionalmente pone el Gobierno en la mesa de discusión, que por cierto son demasiados al mismo tiempo, quitan la mirada del problema de fondo y tiene distraída a la población en cuestiones que no tienen el peso que tendría el descalabro de la economía…

Nuestra gente anda drogada con los sueños que con habilidad se han vendido sobre la asamblea y de todo lo que creen que puede hacer. Lo que no detendrá la asamblea es la realidad de una economía que se derrumba a fuer de irresponsabilidades y de fandango politiquero coyuntural y que se sostiene artificialmente por los precios del petróleo y las remesas de nuestros hermanos emigrados a otras tierras.

Despertemos de una vez del sopor de la engañifa y exijamos firmemente al Gobierno que elegimos llenos de esperanza, que deje a un lado los experimentos y que saque cuanto antes el imán ideologizado violento, deslenguado y politiquero de la brújula que ha de orientar los destinos del país hacia la paz y el progreso.
Evidentemente que la responsabilidad no es solo del régimen sino de todos los actores sociales que deben asumir con responsabilidad su rol para detener un previsible enrumbamiento hacia lo imprevisible...

viernes, 6 de julio de 2007

Comer, informarse y cuentear.-

Informarse es un acto equiparable a comer. Se trata en ambos casos de un acto, por tanto procede de la voluntad libre con advertencia del bien o mal que se hace, sobre la conciencia en el primer caso y sobre el cuerpo en el segundo.

Estar bien informado es como estar bien nutrido. Alimentar el espíritu con las informaciones es tener herramientas para elaborar una idea propia de la realidad que se nos hace saber a través de las noticias y de esa forma aportar, o no, para una solución de los problemas colectivos.

Las opciones de informarse de los ecuatorianos pasan por la televisión, la radio y los periódicos, entonces el televidente, oyente o lector con algún grado de formación escoge de dónde informarse. No contamos la Internet ya que aún no se encuentra al acceso del promedio del pueblo.

Es de resaltar que, hasta ahora, los medios han tenido libertad para difundir informaciones que recogen de las fuentes, se las procesa y exhibe o publica. No es menos cierto que algunos medios las editorializan antes de hacerlas públicas, disfrazando de noticia lo que en verdad es una opinión del medio, especialmente de sus propietarios.

Siendo como somos: un pueblo que gusta que las cosas le lleguen “mascadas”, el Régimen actual ni corto ni perezoso propone que se vuelva los ojos a la información oficial como única fuente a partir de la cual el pueblo ha de formar su opinión sobre tal o cual cosa…

La información oficial en si no es mala como concepto si es que fuese bien orientada claro está. Lamentablemente en el Ecuador y sobre todo en el de nuestros días, en sentido estricto lo que viene difundiendo el Gobierno Nacional no es solo información con un gran contenido de opinión, sino mayoritariamente propaganda. Luego es absurdo que el Régimen pida, aunque sea indirectamente, que se tenga a la información oficial como fidedigna.

El Gobierno se halla difundiendo una campaña publicitaria muy bien realizada, pero que es eso, una campaña publicitaria además apoyada por las constantes declaraciones del señor Presidente que adornadas de epítetos, difunde con pasión… con la pasión propia de una campaña electoral.

Todas las semanas el señor Presidente tiene siempre algo nuevo que decir: una denuncia, un insulto, un calificativo, una amenaza, una declaración, una desautorización a sus propios funcionarios, en fin; el libreto se va agotando y el pueblo que ilusionadamente votó por Correa no ve ni siente los ofrecidos cambios. Entre tanto los ministros se han convertido, excepto el señor Ministro de Economía, en distinguidos cultores del silencio, no sabemos si sabio o impuesto.

Esta semana se lanzó el Régimen con un “borrador de Constitución”: ¡que bueno que el Gobierno participe! Sin embargo es difícil creer que el texto sea, como en apariencia es, un canto a las libertades cuando en las actuaciones diarias del Ejecutivo predominan la intolerancia por las críticas, el epíteto descalificador y el periódico uso de la fuerza para imponer enfoques personales sobre la razón y el derecho.