viernes, 22 de febrero de 2008

Aprovechar la tragedia.-

Este invierno debe servir para que la reconstrucción a ejecutarse cuando bajen las aguas, sea hecha con criterio y visión de futuro.

La vialidad, tremendamente afectada, tiene una oportunidad de oro de ser reconstruida, no rehabilitada solamente. La caja fiscal esta robusta y sus proyecciones de futuro mediato dan como para iniciar un gran proyecto que, a grosso modo, costaría 3500 millones de dólares. ¡Por fin la ocasión de efectuar una verdadera siembra del petróleo!

La reconstrucción debe acometérsela de forma apolítica y trasparentando espacios para la intervención directa de veedurías ciudadanas en cada proyecto. Que participen representantes de las jurisdicciones por donde pasen las carreteras, miembros de colegios profesionales afines al tipo de obras que se ejecuten. Veeduría para que no se deje a los mal remunerados fiscalizadores del MTOP hacerse de la vista gorda ante a las eventuales faltas de los constructores.

Que no se subdividan los contratos de las carreteras en ridículos tramos de 20 o 30 kilómetros. Tampoco que se las adjudique por emergencia. Que las constructoras se unan en consorcios para presentar las mejores ofertas, al fin y al cabo este es un empeño nacional.

Que no se vuelva a usar asfalto. Que las carreteras estén hechas de hormigón armado, con resistencia de 300 o 400 Kg. / cm. 2, con sólidas bases de hierro; cunetas bien hechas; no mas “alcantarillas” sino puentes; no rellenos con tierra, sino bases de roca dura; taludes bien asegurados, no peligrosas pendientes que colapsen con las lluvias. Y sobre todo provisionar, como parte del proyecto, los recursos suficientes para mantener las vías que necesita un país que depende de ellas mientras no se de el siguiente paso lógico: un ferrocarril moderno.

A ver si en esta ocasión el Presidente conduce con altura el plan que debe ejecutarse, sin hacer campaña electoral con el. Plan que comporta una inversión que, para que sea duradera en el tiempo debe respaldarse con un ejercicio financiero que contemple el cobro de peajes que, a partir de la buena calidad de la obra se paguen con gusto. Un proyecto libre de malsano populismo al que es tan proclive el actual régimen.

Que bueno y que malo que esto nos pase una vez mas. Que malo por nuestros hermanos que sufren los estragos de las aguas destructoras de sus medios de vida. Que bueno porque nos sobreviene el problema cuando el Estado cuenta con recursos que el Gobierno actual pensaría en circunstancias normales farrearselos irresponsablemente en una campaña electoral mas… la del plebiscito, la de la reelección, la que se le ocurra al “iluminado” régimen ideologizado que lo que viene haciendo, además de sembrar odio entre hermanos es excluir, reducir y fanatizar.

No hay comentarios: